"Los cuentos de hadas superan la realidad no porque nos digan que los dragones existen, sino porque nos dicen que pueden ser vencidos" - G.K. Chesterton

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4/27/2019

Llorona (Cuento)

En la oscuridad de la plaza, las velas de las ofrendas eran lo único que iluminaba su camino. María trató de seguirle el rastro pero no pudo, Xochilt ya no estaba ahí.

María se quedo con un hueco en el pecho, pues vío a Xóchilt salír llorando.

Xóchitl salió y con el poco dinero que llevaba se dirigió al lago de Xochimilco, en donde esperaba ver la figura de la Llorona.

De inmediato y a la luz del lago se sentó a sus orillas, aquellas en donde no hay trajineras, se quitó los huaraches y caminó hacia dentro, lentamente, al ritmo de una marcha fúnebre.

Las flores de cempasúchil que adornaban su cabeza se desprendieron de su cabello y quedaron flotando en la superficie del lago.

Xóchitl continuó su andar, llorando, llenando de lágrimas su camino y dejándole un sabor salado en la boca. Con bastante dificultad continuó.

Desde esa noche,  nadie más volvió a ver Xóchitl.


*Este cuento fue basado en el cover de Ximena Sariñana "La llorona". Recomiendo escucharla para entender mejor la historia.


Hoy mis lágrimas saben a amor (Poema)


Puedo ver más allá de las lágrimas de sus ojos.

Y la sensación es tal que comienzo a llorar junto a ellos.

Me retira las lágrimas y las toma entre sus manos como una artesana.

Y las bebe, para saber a qué saben.

Hoy mis lágrimas saben distintas, hoy mis lágrimas saben a amor.






Beberé un poco más de sus lágrimas y las llevaré a mi boca, para saber a lo que saben. Hoy sus lágrimas saben distintas, hoy sus lágrimas saben a amor.

Puedo ver a través de sus ojos.

Que miran a través de los míos y ya no sé quién mira a quién.

Para no sentirse solo (Poema)



Y en la distancia ves algo.

Como si fuera luz.

La luz del amanecer.

Pero no lo es.

Y es por eso que todos estamos sorprendidos por lo que vemos, porque son lágrimas, lo que se ve en la distancia.

Es la luz de la mañana que se refleja a través de tus ojos.

Los ojos se lavan para poder mirar más allá de ellos.

Pero no pueden ver nada más que lágrimas.


La luz que se filtra a través de las lágrimas, duele, porque la luz no coexiste bien con el agua, por lo que se rompe en varias formas para no sentirse solo.

No lo volvería a ver (Cuento)


Desde aquella tarde no lo volvería a ver. Y aquello era una verdadera lástima, ya no quedaba mucho tiempo. Por lo que él le miro con ojos serios y huraños.

No lo recordaba, ella lo miro una y otra vez, pero era definitivo, no lo recordaba.

Trato con desesperanza un último intento, pero no lo conseguía.

Todo esfuerzo parecía en vano, pero era la manera en la que la miraba lo que hacía que no se rindiera, la miraba con ojos desesperados, tristes y cansados, pero con una mirada que decía "te quiero". Pero era definitivo, su recuerdo se había desvanecido.

 La tarde parecía llorar junto con ellos, pues las nubes inundaban el cielo, aquella tarde de otoño, aquel último día en que se vieron no como extraños sino como viejos amigos.

Cansada de esperar, alejo sus ojos, y él supo que era definitivo, no volvería a ver aquellos ojos verdes. Decepcionado también alejo los suyos, le sonrió con amargura, quitó su sombrero con cortesía y salió del lugar.

Ella le miro partir por el ventanal, sus ojos se llenaron de lágrimas y no supo explicar el porqué. Algo en ella se había roto, y parecía estar hecho de vidrio porque le lastimaba, como un ardor que juro no haber sentido antes pero que se sentía extrañamente familiar.

El dolor había terminado (Cuento)



Mientras veía los cuerpos caer y las cabezas rodar, se detuvo y miro lo que pasaba a su alrededor, el hedor, justo el mismo hedor con el que nació, olor a muerte.

Veía desde lo lejano como su hermano extasiado prendia fuego a las colinas y sonreía porque su venganza había sido concretada, pero para él no. Se miro las manos sucias y cubiertas de sangre y comprendió que él mismo dolor que una vez él había sentido, lo había creado ahora él para alguien más.

Empuño su espada hacía él y la dejó penetrar en su pecho, cayó al suelo, para él, el dolor había terminado.

4/25/2019

Tomado por la muerte (Cuento)

¿Qué voy a decir?

¿Qué soy un desequilibrado?

¿Un excéntrico?

Alguien con una rutina poco común.

De gustos extravagantes.

Que carezco de carácter.

Pero.

¿Ellos que pueden entender de mí?

Si yo no les entiendo a ellos.

¿Porque habría de molestarme en entenderlos o en hacerlos entender?

¿No es más práctico dejarlos así? Vacíos como están.

Abandonarlos en la deriva.

¿Pues, ellos abrían de escucharme?

Escucho un ruido.

Son pasos.

Mi respiración se vuelve lenta y entrecortada.

Deseo dejar de respirar porque incluso el sonido de mi respiración me resulta molestó para escuchar.

Se acercan a mí.

Silencio.

No hay más pasos.

Parecen haberse detenido.

Sigo caminando.

Silencio.

Continúan los pasos.

Me refugio en la nieve.

Esperando que esta me cubra por completó.

Más pasos.

Continúo en silencio.

Pero aún continúan los pasos.

Entro en pánico.

Vienen a mí. Me encontraron.

Corro desesperado.

No pudiendo ver nada por la ventisca.

Ruego por no resbalar.

Pues sería mi fin.

Continúo corriendo.

Escucho más pasos.

Como si se hubieran multiplicado.

El ruido es cada vez más fuerte.

No hay tiempo.

Pero mis piernas parecen ser tragadas en medio de la oscuridad.

No logró ver nada.

El fin.

Este es el fin.

No hay nada más aquí.

Llegué al final del libro.

Y hallé en ella mi sentencia.

Respiro con dificultad.

Esperando.

El tiempo pasa, pero nadie llega.

Parecen haberse olvidado de mí.

Sigo en medio de la oscuridad.

A mitad del precipicio.

El tiempo se detiene ante mí.

Me acurruca entré su canto.

Moriré.

Mi cuerpo cae al vacío.

Sin nada que lo detenga.

Soy como un trapo arrojado al viento.

Arrastrado como por salvajes corrientes.

Que me tratan al igual que a la nada.

Pues yo soy nada.

Me desaparezco.

Tragado en medio de la oscuridad.

Arrojado al vacío.


Entregado al verdugo.


Y tomado por la muerte.



Sobre la estabilidad (Reflexión)

¿Alguien ha notado como las capas de cemento parecen levantarse por que las raíces de los árboles han crecido?

Yo creo que es un reflejo de la vida. El cemento es la estabilidad y las raíces son la vida. Es una señal que indica que es momento de crecer.

Hay momentos en nuestra vida que nuestra estabilidad se ve amenazada y todo parece derrumbarse, ya sea el mudarnos, perder a un ser querido o simplemente la llegada de algo nuevo.

No es por ello algo malo, sino que la vida ha comenzado a moverse y nosotros debemos de crecer con ella, no quedarnos pasmados como el cemento, pues al final el que perdura es la vida y no la estabilidad.


 ¡Es momento de crecer!

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